¿Estás pensando en redecorar tu hogar y no tienes demasiada experiencia en técnicas de pintura? ¡No te preocupes! Hoy te vamos a presentar la llamada pintura a la tiza, una pintura natural de la que te enamorarás desde el primer momento.
¿Qué es y de dónde proviene la pintura a la tiza?
También conocida por su nombre «Chalk Paint», la pintura a la tiza no contiene acrílicos y proviene, como su nombre lo indica, de la tiza (carbonato de calcio). No se trata de una técnica nueva como muchos pueden pensar. En el siglo XVI el mismísimo Michelangelo usó pintura que incluía cal y tiza para sus obras de arte.
Sin embargo, hace dos décadas ha causado una revolución en el arte de las manualidades y de la restauración de muebles desde que se hizo conocida a través de la artista británica Annie Sloan.
¿Eres nuevo en el mundo del bricolaje?
Entonces comprar pintura a la tiza es lo ideal para ti ya que para usarla no necesitas aplicar ni conocer ninguna técnica especial.
Si quieres reciclar y cambiar el aspecto de un mueble desvencijado esta pintura te resultará una de las más divertidas, eficaces y sencillas. Lo cierto es que cuando comienzas a pintar con ella, la primera sensación que te producirá es la de sorpresa. Es tan fácil de utilizar que aunque sea la primera vez que tienes una brocha en las manos obtendrás un resultado maravilloso.
La pintura a la tiza se diluye y se limpia con agua. Tiene la particularidad de adherirse a cualquier superficie sin tener que aplicarle ninguna imprimación. Esto la convierte en una forma técnica súper rápida que no requiere de secados ni de complejas preparaciones previas. Además, a medida que pasa el tiempo la pintura envejece de forma tan natural que te resultará siempre muy decorativa.
Con Chalk Paint conseguirás un acabado mate y con apariencia de estar empolvado que lucirá espectacular en cualquier tipo de mueble de madera o cualquier otra superficie de tu hogar.
Ninguna pieza de madera o de cualquier otro material se resiste a los encantos de la pintura de la tiza.
10 trucos caseros para sacarle el jugo a la Chalk Paint
- Limpia la superficie correctamente. Sobre todo si se trata de una pieza o de un mueble muy antiguo o encerado. Quita todo el polvo y las manchas con agua y jabón antes de comenzar a pintar.
- Elige la brocha más apropiada. Dependiendo del aspecto que desees dar a la pieza, así ha de ser el cepillo a utilizar: – Acabado envejecido: como se trata de una pintura densa lo ideal es usar una brocha redonda.
– Acabado suave: si lo que quieres es darle un aspecto de suavidad, usa una brocha plana de cerda sintética y dilúyela con agua.
– Si el mueble es de una madera maravillosa y quieres que se intuya la veta, añade más cantidad de agua. La pintura tiene que quedar muy líquida para conseguir ese tan bonito efecto lavado.
- Agita y agita sin descanso. Al poseer una textura densa y bastante gruesa, sus componentes se depositan en el fondo, por lo que es importante agitarla con fuerza antes de aplicarla. Hazlo como si estuvieras agitando una coctelera.
- Remueve hasta lograr una textura uniforme. Una vez abierto el bote remueve la pintura con un palo fino durante el tiempo suficiente. No te preocupes, al final este pequeño esfuerzo merecerá la pena.
- Lija suavemente la superficie. Una de las bondades de las que presume la Chalk Paint es que no has de lijar antes de pintar, pero… y siempre hay un pero, si le das un ligero lijado el resultado que obtendrás será mucho mejor. Especialmente, si el mueble posee un barniz brillante o si la madera tiene algún tipo de desperfecto.
- Elige la pintura a la tiza adecuada para paredes y exteriores. Ten muy en cuenta que no cualquier pintura a la tiza es adecuada para paredes y exteriores por su porosidad y suavidad.
- Al finalizar la pintura. Aplica un producto que proteja la pintura. Si es un mueble interior opta por la cera. Usa para ello un trapo suave o una brocha limpia que no suelte pelusa.
- Cuando se haya secado. Elimina el exceso frotando con un trapo y luego pule la superficie hasta sacarle el brillo deseado.
- Cuida la superficie recién pintada. Durante 30 días no apoyes objetos que puedan rayar la superficie pintada y mantén el mueble a salvo del calor o la humedad.
- Limpieza en el tiempo. Usa un paño suave y aléjate de los productos químicos de limpieza. Si quieres quitar alguna mancha humedece el paño y añade una gota de jabón neutro.
La pintura a la tiza es tan fácil de usar, brinda tantas posibilidades en acabados y colores que resulta completamente adictivo. Puedes terminar pintando con ella todo lo que se te atraviese por el camino. ¡Ten cuidado!
Esperamos que estos trucos caseros te hayan sido de utilidad y que nos dejes tus propios consejos y tu experiencia en en los comentarios.