En estos momentos tan complicados que nos ha tocado vivir debido a la pandemia ocasionada por la COVID-19, necesitamos echar mano a la mayor cantidad de trucos y consejos posible que puedan aumentar nuestro bienestar en todos los sentidos.
Y es que el confinamiento nos obliga a permanecer sentados una gran cantidad de tiempo y la consecuencia directa son esos dolores de espalda y dolores de cuello que no se hacen esperar. Y para más inri, ahora que comienza la desescalada por fases nos encontramos con un estado físico mermado por el largo tiempo de inmovilidad.
Es por ello que hoy te traemos una magnífica solución para aliviar casi cualquier tipo de dolor. Se trata de una manualidad creada en base a componentes 100 % naturales con efectos de frío y de calor, estamos hablando de los sacos térmicos.
¿Qué son los sacos térmicos y cómo colaboran con nuestro bienestar?
Los sacos térmicos constituyen una solución muy simple que se puede elaborar en casa o se puede de comprar en tiendas especializadas. Se trata de una alternativa muy efectiva para calmar los dolores provocados por la inmovilidad.
Consisten en una funda de tela lavable rellena con las más diversas hierbas naturales y cereales: flores de lavanda, romero, eucalipto, semillas de trigo, etc. El tamaño del saco térmico puede variar en función de tus necesidades; los hay pequeños, medianos o grandes; lo importante es que cumplan con la función para la que han sido diseñados.
Es muy importante tener en cuenta que la cantidad de relleno ha de ser calculada de forma tal que se adapte a las diferentes zonas del cuerpo y se distribuyan de forma homogénea. Esto ha de calcularse con el fin de que alivie realmente los dolores y no los aumente.
Los sacos más pequeños son perfectos para el uso de los bebés. Un tamaño mediano es el que mejor se adapta a cualquier necesidad y los más grandes, son ideales para los dolores lumbares. Incluso, los puedes confeccionar o comprar con formas de cuello para los dolores cervicales.
¿Cómo usar un saco térmico?
Tanto si los haces tú como si los compras hechos, te aconsejamos calentarlos en el horno microondas durante un minuto y medio a dos minutos y medio (según el tamaño) antes de usarlos. Y si los quieres con efecto frío, lo mejor es ponerlos en el congelador durante un par de horas. Encerrados en el saco, las hierbas o cereales almacenarán el calor o el frío, según sea el caso, durante el tiempo suficiente como para producir ese bienestar tan anhelado.
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¿Para qué tipo de dolores son pensados los sacos térmicos?
Los sacos, tanto se usen con efecto de frío como con efecto calor, están pensados para una multitud de aplicaciones. Solo por mencionar algunas, pueden ser empleados para aliviar los dolores de cabeza, menstruales, abdominales, articulares, lumbares, cervicales o de espalda en general.
Asimismo, si los congelas, son ideales para aliviar dolores de articulaciones, artritis, dolores reumáticos, dolores producidos por golpes, contusiones, esguinces o torceduras. También pueden emplearse para los dolores ocasionados por cólicos, dolores de muelas, de oídos o de pies. Incluso, puedes usar estos sacos para calentar la cama o como un efectivo aliado contra el insomnio.
¿Tienes uno? ¡Déjanos en los comentarios qué tal te va con él y cómo lo utilizas!